Por ahora, adhiero a una arquitectura fáctica, ética y poética. Donde sea y como sea.
Fáctica, porque cada vez más vinculo el hacer con la materia y la arquitectura con lo hecho.
Ëtica, porque existen valores que no podemos eludir, y me queda claro que no todo vale.
Poética, porque no me interesa otra forma de hacer en esta vida.
Todo lo mío es el resultado de la incapacidad de poder hacerlo.